La bodega era una sala destinada al almacenamiento de alimentos, vinos u otros productos, una especie de sótano ubicado en la planta baja o en un nivel subterráneo de un edificio.
Su principal uso era el almacenamiento de alimentos perecederos como cereales, frutas, verduras, carnes, así como vinos y otros líquidos, ofreciendo condiciones frescas y oscurecidas para preservar los alimentos y bebidas en óptimas condiciones durante largos períodos.
Estos espacios se construían con muros de piedra o ladrillo, y a menudo tenían bóvedas o techos abovedados para brindar estabilidad estructural. Algunos también podían tener pozos o sistemas de almacenamiento de agua para garantizar un suministro constante. Era esencial para el abastecimiento y la supervivencia de las personas en la época, ya que permitía almacenar y conservar alimentos durante períodos más largos, especialmente en tiempos de escasez o asedios. Además, también se utilizaba para almacenar herramientas, utensilios u otros objetos de valor.