Mundo Romano

La Vivienda Romana

Una casa no es solo un ente arquitectónico, es un domicilio, una materialización del status,  donde conviven hombres, libertos, esclavos, animales, donde hay recepciones, se hacen negocios, se celebran bodas, donde hay nacimientos y donde hay muertes, en definitiva, todo lo que incumbe a una vida cotidiana civil.

Por eso la vivienda romana se puede contemplar como un lugar donde existen actividades sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas.

En el mundo romano, las viviendas se podían diferenciar en dos modalidades principales dependiendo de su emplazamiento: por un lado las ubicadas en el ámbito urbano, como son las domus, o viviendas particulares ocupadas por un sólo propietario junto a su familia, y las insulae, más modestas donde hacían su vida en comunidad distintos núcleos familiares. Por otro lado encontramos las villae, que se componen de un conjunto de edificios que integran el núcleo de una finca (fundus), ubicadas normalmente en el campo, donde podían tener gran variedad de recursos naturales a su alcance, como son los agropecuarios, boscosos, pesqueros, mineros, etc.