La Vivienda Ibérica
La vivienda era abrigo, cocina, lecho y taller. Todo en uno. La vida no se dividía en compartimentos: se compartía. El hogar de piedra, siempre encendido, era el punto de encuentro al anochecer. Alrededor de él se cocinaban guisos, se hilaban historias, se forjaban objetos y se escuchaban los susurros del viento colándose entre las rendijas.
Las ruinas que ahora descansan en el silencio de los yacimientos arqueológicos no son solo piedras caídas: son los restos de hogares donde latía la vida, donde se amaba, se reía, se tejía, se despedía y se nacía.
#6 items